jueves, 31 de mayo de 2007

Las palabras en el Morgana

"Wear Sunscreen"o "The Sunscreen Speech" son los nombres que recibe el artículo originalmente titulado "Advise like youth probably just wasted on the young", escrito por Mary Schmich y publicado en su columna de opinión del Chicago Tribune , en 1997. Un año más tarde el cineasta australiano Baz Luhrman musicalizó estas palabras para lanzar el sencillo titulado "Everybody is free", contenido en el álbum Something for Everybody.

Este es el texto que reposa en la pared del fondo del Morgana, transcrito en la caligrafía de Silvia Jiménez, y que ha encantado e inspirado a nuestros visitantes, quienes gustan de llevárselo impreso en hojas doradas que están a libre demanda sobre la barra. El texto, como bien dijo uno de estos visitantes, tiene la dosis justa de cursilería para hacernos sonreír y leer sin mayor daño algunas grandes verdades que no por sabidas, son menos ciertas.

Para los que quieran disfrutar de la versión que Myriam Vidriales hizo en español, esforzándose en respetar el espíritu del original, ofrecemos el texto traducido. El original en inglés, junto a la foto de Mary Schmich, pueden encontrarlo en el Chicago Tribune. Además, si les interesa pueden escuchar la versión original musicalizada por Luhrman, en la cual el actor australiano Lee Perri lee el texto, y ver el video original que realizó para esta versión el director estadounidense Bill Barminski. En esta versión todavía no se han agregado los coros que posteriormente cantó Quindon Tarver.

Señoras y señores de la generación del 97:

Usen protector solar.

Si pudiera darles sólo una pista para el futuro, sería que usen protector solar. Los beneficios a largo plazo del protector solar han sido comprobados por los científicos, en tanto que el resto de mis consejos no tienen ninguna base confiable, salvo mi propia y difusa experiencia. Voy a dar esos consejos.


Disfruta el poder y la belleza de tu juventud. Olvídalo. No entenderás el poder y la belleza de tu juventud sino hasta que estos se hayan diluido. Pero confía en mí, en veinte años verás tus fotografías y recordarás, en una forma que ahora mismo te es imposible imaginar, cuántas posibilidades estaban frente a ti y lo fabuloso que en realidad te veías. No estás tan gordo como crees.

No te preocupes por el futuro. O preocúpate, pero sabiendo que preocuparse es tan útil como tratar de resolver una ecuación de álgebra mascando chicle. Los verdaderos problemas en tu vida probablemente serán cosas que nunca cruzaron tu mente. El tipo de cosas que te toman por sorpresa a las cuatro de la tarde de un martes ocioso.

Haz todos los días algo que te asuste.


Canta.

No seas irresponsable con los corazones de otros. No te quedes con las personas que son irresponsables con el tuyo.

Usa hilo dental.

No pierdas tu tiempo con los celos. Algunas veces irás adelante, y otras estarás detrás. La carrera es muy larga y, al final, es sólo contigo mismo.

Recuerda los halagos que recibes. Olvida los insultos. Si logras hacerlo, dime cómo.

Guarda tus viejas cartas de amor. Tira tus viejos estados de cuenta.

Estírate.

No te sientas culpable por no saber qué quieres hacer con tu vida. Las personas más interesantes que conozco no sabían a los 22 lo qué querían hacer con sus vidas. Algunos de los cuarentones más interesantes que conozco todavía no lo saben.

Toma mucho calcio. Sé amable con tus rodillas. Las extrañaras cuando las hayas perdido.

Tal vez te cases, tal vez no. Tal vez tendrás hijos, tal vez no. Tal vez te divorciarás a los 40, tal vez bailarás en tus bodas de oro. No importa lo que hagas, no te felicites demasiado por ello, pero tampoco te castigues. El azar es la mitad de tus decisiones. Y también de las de todos los demás.

Disfruta tu cuerpo. Úsalo en todas las formas posibles. No le tengas miedo, ni a lo que los otros puedan pensar de él. Es el más magnifico instrumento que jamás tendrás.

Baila, aunque no tengas otro lugar en donde hacerlo además de tu sala.

Lee siempre las instrucciones, aunque no las sigas.

No leas revistas de belleza. Sólo te harán sentirte feo.

Conoce a tus padres. Nunca sabes cuándo se irán para siempre. Sé amable con tus hermanos. Son tu mejor conexión hacia el pasado y, probablemente, las personas que se quedarán a tu lado en el futuro.

Comprende que los amigos vienen y van, pero hay unos cuantos a los que debes aferrarte. Trabaja duro para aminorar las distancias y formas de vida que te separan de los demás, porque entre más envejezcas, mayor será tu necesidad de las personas que te conocieron cuando fuiste joven.

Vive en Nueva York alguna vez, pero vete antes de que te endurezca. Vive en el norte de California alguna vez, pero vete antes de que te ablande. Viaja.

Acepta algunas verdades inamovibles: los precios subirán. Los políticos traicionarán. Tú, también, te harás viejo. Y cuando lo seas, fantasearás que cuando eras joven los precios eran razonables, los políticos eran nobles y los niños respetaban a sus mayores.

Respeta a tus mayores.

No esperes que nadie te mantenga. Tal vez tendrás un fideicomiso. Tal vez tendrás una esposa rica. Pero en cualquier caso, nunca sabes cuándo se acabará cualquiera de los dos.


No te metas demasiado con tu pelo, o cuando tengas 40 años parecerás de 85.

Ten cuidado con los consejos que aceptas, pero sé paciente con quienes te los dan. Los consejos son una suerte de nostalgia. Darlos es una forma de rescatar el pasado, de recuperar lo que hemos tirado, limpiarlo, repintar las partes astilladas y reciclarlo, dándole más valor del que en realidad tiene.

Pero confía en mí en lo del protector solar.

1 comentario:

Ana Luelmo dijo...

mmmmm... la neta, lo mejor del Morgana es el latte. Aunque bueno, la barra está preciosa... y el candíl hermoso... y los sillones... y la gente, indiscutiblemente, la gente. La lectura del texto es indispensable